Recorte
los tallos de las alcachofas. Si tienen polvo póngalas
en remojo durante una hora en agua fría, salada.
Enjuague, y prepárelas para cocerlas. Quite las hojas
exteriores y corte por lo menos 1 cm. De la parte
superior; recorte todas las puntas de las hojas
laterales.
Con unas tijeras corte las puntas del conito de hojas tiernas centrales;
asegúrese de haber quitado todas las partes agudas.
Guarde las alcachofas preparadas en un recipiente con
agua fría y jugo de limón o vinagre, para que no se
oscurezcan.
Llene un cazo con agua salada y deje que hierva; añada jugo de limón o
vinagre. A continuación cueza las alcachofas durante 30
ó 40 minutos o hasta que una hoja se desprenda
fácilmente. Escúrralas boca abajo. Puede servir las
alcachofas frías o calientes.
Para comer una alcachofa, desprenda una hoja, sujétela con los dedos por
la punta e introdúzcala en la salsa elegida. Pase la
hoja ligeramente por los dientes para remover la parte
tierna y deje la parte que no se ha comido a un lado del
plato. Continúe de esta manera hasta llegar al corazón,
retire la parte aguda si no lo ha hecho con anterioridad
y coma el corazón con cuchillo y tenedor. A un lado del
platillo, ponga un pequeño lavamanos con agua templada.
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