Rebane
los ajíes sin llegar a las semillas, que son muy
picantes y sancóchelos un minuto en agua hirviente con
sal, luego deságüelos en agua fría y licúelos en una o
dos cucharadas de agua. Mientras tanto ponga al fuego
una sartén y haga un refrito con manteca, cebolla, ajo,
sal y un poco de agua. Cocine un minuto y ponga el ají
licuado, luego la crema, leche, los huevos y el quesillo
desmenuzado, batiendo rápidamente y evitar que se formen
hebras blancas. Cocine por dos minutos a fuego suave y
sirva caliente con pepas tiernas con cáscara o viértalo
sobre el pudín de choclo, etc. Si el quesillo es
descremado y hace grumos, licúe la salsa y vuélvala a
calentar.
Esta antigua y deliciosa salsa ligeramente picante,
llamada "rocotada", se la prepara también con pimientos
rojos mezclados con ají y luego licuados
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