Ante
todo, pruebe el caldo de locos. Si el sabor es fuerte,
agregue agua hasta suavizarlo. Esto dependerá de la
cantidad de agua en que se cocieron los locos. Disuelva
el chuño en una tacita de agua y agregue lentamente al
caldo hirviendo, hasta obtener un ligerísimo
espesamiento. Sirva en tazones de consomé calentados
previamente y agregue algunos trocitos del tallo verde
de los cebollinos, cortados muy finamente
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